Cada día se producen en todo el mundo decenas de terremotos. Afortunadamente, la mayoría de ellos son demasiado débiles como para poner en riesgo la actividad humana. El problema llega cuando se produce un gran terremoto de alta intensidad.
Todavía no es posible prever el momento exacto de aparición de un gran terremoto, por ese motivo es importante construir en aquellas zonas de riesgo un sistema suficientemente rápido y efectivo, que proporcione a la población unos valiosos segundos para poner a salvo sus vidas y sus bienes.